India, una historia de amor, novela brasileña que tiene como eje la cultura de la India, es una buena forma de ejercicio visual de como vemos o veíamos al pais oriental antes de la llegada de las verdaderas novelas de la lejana India a la tv peruana y latinoamericana.
En esta novela, con una producción de primer nivel, lo más llamativo son dos cosas: la narrativa ficticia y los conflictos clasistas religiosos.
Por un lado, los brasileños solo imitan lo superficial. Los nombres (la protagonista se llama Maya), las ropas, los colores, las costumbres, el maquillaje, los decorados, ¡los bailes!. El estereotipo, para entendernos mejor. Es como si todo aquello que suponemos solo por ver una larga e interminable película hindú (sic) fuera suficiente para hacer la novela. Y gracias a su producción, le suma los paisajes y localizaciones reales que en pantalla chica y más en la época, impresionan al televidente.
Pero como escribo lineas arriba, India, una historia de amor es superficial. Es una ficción dentro de otra ficción. Y si la realización se acerca a la imagen de las producciones de la India (con ventilador incluido), el guion es más latino que la salsa. Así pues, su gran error es llenar a la novela de besos y acercamientos físicos imposibles de pensar ahora que sabemos y vemos el comportamiento de las ficciones de la India donde besos, ¡no hay!
A pesar de esto, la novela abarca un item típicamente brasileño a la hora de hacer telenovelas y que es mas que oportuna y realista. Me refiero al contexto social religioso y como este se convierte en el impedimento inicial para lograr el amor entre los protagonistas. Ella pertenece a una clase superior y él no puede ser ni tocado. Algo que vemos retratado en los prejuicios tradicionales en Blanco, color de amor con el tema de las viudas y su maldición. Y que funciona en una cultura tan lejana como la india en donde el impedimento va más allá de ser pobres y ricos.
La novela que se emite por segunda vez en la tv peruana ahora por panamericana televisión, es cultural y hasta cierta forma educativa. Está pensada mas para el publico local y de la región que para venderse en la propia India. Y es que si de dramas de contexto cultural religioso hablamos, a la India le sobran. No por algo pronto se estrenará en señal abierta nacional Amor y prejuicio en su reemplazo.
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